"El poeta ruso Andrei Gorchakov (Oleg Yankovskiy), visita Italia acompañado de una intérprete, Eugenia (Domiziana Giordano), con el objetivo de recabar datos acerca de Pavel Sosnovski, un compositor del S.XVIII. Andrei y Eugenia se hospedan en un hotel de la localidad termal de Bagno Vignoni, en la Toscana, donde conocen a un loco llamado Domenico (Erland Josephson).

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I

 

"...una luz de tal plenitud

que el conocimiento humano

es incapaz de percibir

en toda su totalidad."

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Tras alcanzar la madurez y consolidación de su lenguaje con Stalker (1979), el autor ruso erige una nueva obra de arte cinematográfico a partir de una puesta en escena milimétrica en la que destacan la sublime composición de planos y las secuencias de larga duración enmarcadas por una cámara que se mueve de forma pausada, casi imperceptible.

La Italia que nos presenta Tarkovski, como la Grecia de Angelopoulos, es una Italia gris y brumosa, envuelta en un halo de misterio; entendiendo el misterio tal y como lo hacía el filósofo alemán Josef Pieper: no como algo exclusivamente negativo y referido a la oscuridad, sino como una luz. Pero una luz de tal plenitud que el conocimiento humano es incapaz de percibir en toda su totalidad. Esa concepción del misterio refleja a la perfección la filmografía del maestro ruso.

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Para el autor de Andrei Rublev, la realidad no se limita sólo a lo que vivimos, sino que también se compone de lo que recordamos o soñamos. Son esas ensoñaciones y recuerdos, filmados en tono sepia, los que nos muestran el sentimiento de nostalgia del poeta, que permanece arraigado a la tierra de su hogar y a la candidez de su mujer. Sin embargo, a pesar de lo obvio, no es la nostalgia el tema esencial de esta inmarcesible obra maestra, sino la falta de fe en el mundo. Preocupación que invade y recorre las tres últimas películas de Tarkovski." (*)

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REFLEXIONES DE ANDREI TARKOSKI (**)

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"La imagen artística es siempre un símbolo, que sustituye una cosa por otra, lo mayor por lo menor. Para poder informar de lo vivo, el artista presenta lo muerto, para poder hablar de lo infinito, el artista presenta lo finito. Un sustitutivo. Lo infinito no es materializable, tan solo se puede crear una ilusión, una imagen.

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"...el artista presenta lo muerto,

para poder hablar de lo infinito..."

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Lo terrible está encerrado en lo bello, lo mismo que lo bello en lo terrible. La vida está involucrada en esa contradicción, que en el arte aparece como unidad armoniosa y dramática a la vez. La imagen posibilita percibir esa unidad, en la que todo se halla contiguo al resto, todo fluye y penetra en lo demás.

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"La idea de lo infinito

no se puede expresar con palabras,

ni siquiera se puede describir. Pero

el arte proporciona esa posibilidad..."

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(...) La idea de lo infinito no se puede expresar con palabras, ni siquiera se puede describir. Pero el arte proporciona esa posibilidad, hace que lo infinito sea perceptible. A lo absoluto solo se accede por la fe y por la actividad creadora. Las condiciones imprescindibles para la lucha del artista hasta llegar a su propio arte son la fe en sí mismo, la disposición de servir y la falta de compromisos externos.” 

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Video: A. Tarkovski. "Nostalghia" (1983), fragmento.

(*) Ricardo Pérez Quiñones / esculpiendoeltiempo.com

  (**) A. Tarkovski. Esculpir en el tiempo

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LINK PELÍCULA "NOSTALGHIA":

https://m.ok.ru/video/2382528776728
 

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