Johan Huizinga (1872-1945), filósofo e historiador neerlandés, delata la presencia del juego en la vida social como núcleo primario de la actividad humana. Esto significa que el juego inspira comunidad. Es una actividad social, implica a los otros; un pequeño puede jugar con sus pares o delante de adultos. A través del juego simbólico el infante imita a otras personas e imagina la

realidad, al realizar esta acción se comporta como un poeta creándose un mundo propio. Su ocupación favorita es el juego. Sabemos que éste también disfraza la realidad.

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Un paciente de 7 años de edad que atendía hace 5 años en mi consultorio vino acompañado por su madre. Ella relataba que su hijo jugaba demasiado. Esta familia estaba atravesando una situación de divorcio. El padre se había ido de la casa y la mamá trabajaba muchas horas y estaba muy nerviosa. Este niño estaba viviendo una realidad dolorosa. Mediante el dibujo, el juego y la palabra después de algunas sesiones pudo comenzar a reconocer sus emociones.   

 

 

Al decir de Huizinga: "el juego es un riesgo cuando participa el factor de lo incontrolable", por ejemplo ello ocurre con los niños que juegan colgándose de objetos y caen al piso provocándose accidentes.

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Una paciente, niña de 10 años, a quien atiendo bajo modalidad virtual, me contacta su tío para la consulta y relata que cuando van a la plaza anda en bicicleta compulsiva y rápidamente, no puede parar, hasta que un día chocó contra un banco. Con herramientas como  la palabra y el dibujo trato de calmar su ansiedad y reuniones con su familia para que pudieran comenzar a establecer ciertos límites en forma clara y acordes para su edad. 

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Otro factor a tener en cuenta es ¿qué ocurre cuando los niños no juegan?. Al decir de Donald Winicott (1896-1971) pediatra, psiquiatra y psicoanalista inglés y Melanie Klein (1882-1960) psicoanalista austríaca-británica, el juego cuando está inhibido representa una conflictiva. El niño que no juega, sufre.

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Una paciente de 8 años de edad, a quien atiendo en mi consultorio, llega a la consulta acompañada por su abuela ya que sus padres trabajan todo el día. La señora relata que la pequeña no juega. Al comenzar mi tarea analítica noto que los límites de crianza son muy estrictos, entonces paso a paso comenzamos a jugar a las cartas, al dominó, a los dados haciendo que sienta placer en esta actividad.

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En estos casos ¿cómo intervenimos como terapeutas?. A través del dibujo, el juego, la palabra y la orientación a padres para que puedan acompañar este proceso en la historia vital; la entrevista a los adultos responsables de la crianza es fundamental ya que proporciona datos que nos guían en nuestra labor. De ahí la importancia del tratamiento psicológico que ayuda a mejorar en breve la convivencia dentro de la familia, si la consulta se realiza a tiempo.